La relación de lo existente y lo inexistente



El tiempo pasa para todos. Para Ibrahimovic, que ya empieza a sentir que está en su curva descendente en cuanto a rendimiento y por eso cada partido para el se convierte en un desafío especial, teniendo en cuenta que su cuerpo puede no responderle, como pasó este jueves que no pudo jugar. Y lo mismo vale para la banda del vodka y el toque. De ese ambicioso –pero no demasiado, bien al estilo ruso- equipo que pregonaba el toque, la movilidad, la sorpresa, el ataque por los costados, la potencia, hoy solo quedó el recuerdo, de lo que lograron en esa Euro 2008, de como nos ilusionaron con tener mayor vuelo, y de como fueron fracasando y pecheando una y otra vez, mientras esa estrella se apagaba.

La vida futbolística se les pasó, como a todos. Y hoy toca un nuevo camino, una nueva gente, un nuevo trajinar, volver a cargarse esa pesada mochila de frustraciones y limitaciones, y empezar a caminar.

El equipo de un Capello de nefastos resultados y aún peor juego durante el último mundial empezó su camino a la Eurocopa como lo acostumbra, haciéndose fuerte en condiciones adversas contra equipos en los papeles mas débiles pero que en su casa suelen hacerse fuertes.


La puesta en escena prometió mucho mas de lo que terminó siendo debido a una motivación que demostraron los jugadores y lentamente se fue apagando, quizás por la rápida concresión del 1 a 0 por parte de Kokorin, ese delantero que no es lo suficientemente hábil para ser único centrodelantero de la selección, pero que le sobra como mediapunta para acompañar por ejemplo a Dzuba, el 9 de la gente. La definición suave contra el palo derecho fue exquisita.

Suecia reaccionó alcanzando rápidamente un penal pateado a media altura por Larsson que Akinfeev, volando hacia su derecha, desvió como nunca (?). El partido fue aplacado por una Rusia que bien parada en bloque hacía circular la pelota de un lado al otro pero sin ningún tipo de riesgo ni movilidad de sus jugadores, que provocaba que solo un duelo 1 vs 1 pudiera generar desequilibrio, y el partido lo fue durmiendo a Suecia.


El equipo local en una jugada rápida filtró una pelota a la espalda de Smolnikov que se había ido a comprar Absolut (?) y el centro de la muerte ubicó a Toivonen que empató el partido y selló el resultado.